MURCIA GASTRONOMICA Y LAS ELABORINAS

Firo Vázquez, el cocinero y propietario de El Olivar de Moratalla,  domina el escenario.

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Desde la altura propia de quien fue jugador profesional de baloncesto fue desvelando el largo proceso -años- que le ha llevado desde ‘El Quijote’ comestible, por el que obtuvo en 2005 el privilegio de ser el primer cocinero que ha exhibido su obra en el Instituto Cervantes, a las ‘elaborinas’, unas harinas obtenidas a partir de platos cocinados que conservan todas las propiedades del plato.

Es decir, y es el ejemplo que puso, que una pata de cordero asada al horno, sometida a un determinado proceso, se convierte en una harina que sabe y huele a pierna de cordero al horno. Un proceso que ha sido logrado tras una larga investigación con la colaboración del Grupo de Tecnologías de los Alimentos de la Universidad de Murcia.
Una muestra de lo que puede hacer la colaboración entre científicos y cocineros. Firo Vázquez fue descubriendo las diferentes aplicaciones prácticas que estas ‘elaborinas’ pueden tener en el mundo de la gastronomía.
De nuevo, la sala multiusos del Auditorio se quedó pequeña para seguir a este moratallero de adopción, que cuenta con un Sol de la Guía Repsol.