Si en el post precedente hablábamos de cultivar la carne en el sentido más amplio, ahora hilvanamos un relato en torno a supervivencia, gastronomía y papel. Y es que según los apóstoles de lo digital, al libro en papel le quedan dos telediarios. Si se cumplieran sus augurios: ¿qué haremos las bibliotecas con las toneladas que acumulamos? Como diría algún grosero: comérnoslo con patatas, algo que gracias al cocinero murciano de adopción, Firo Vázquez, ahora tendríamos un poco más fácil.
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Las creaciones de Firo Vázquez con delicioso papel comestible |
Comer papel para los bibliotecarios es casi caer en el canibalismo, es engullir lo que hasta el momento ha sido la materia prima que ha dado cuerpo a la profesión. Y pese a que algunos quieran vernos como zombis arrastrándose por la esfera digital, si la profesión sobrevive: será gracias a nuestra capacidad para ser omnívoros, fagocitando todo lo que nos rodea.